Consumo y producción sostenible: la mejor elección

En los últimos años ha aumentado considerablemente el número de consumidores que apuestan por un consumo responsable procedente de un sistema de producción sostenible.

La tendencia en alza de un consumo cada vez más responsable y sostenible es beneficioso, no solo para nuestro planeta, sino también para la salud de las personas. Buscamos adquirir hábitos de vida más saludable, empezando por una alimentación sana, basada en productos frescos, de temporada, respetando los tiempos de maduración y con la misma calidad de siempre.

Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ONU), el número 12, que busca garantizar modalidades de consumo y producción sostenible, reza lo siguiente en su definición: “El consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales. Todo ello se traduce en una mejor calidad de vida para todos y, además, ayuda a lograr planes generales de desarrollo, que rebajen costos económicos, ambientales y sociales, que aumenten la competitividad y que reduzcan la pobreza”.

Así podemos ver, como las nuevas formas de consumo están en línea con uno de los objetivos universales, el que fomenta la responsabilidad de las personas y también de las empresas para mejorar nuestros sistemas de producción sin dañar el medio ambiente, garantizando una mejora en el desarrollo y calidad de las personas y creando un mundo más justo y solidario.

Según indica la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), una alimentación sostenible conlleva una producción con menor impacto en los ecosistemas, pero también la responsabilidad de quien consume, ya que se trata “del mayor agente generador de pérdidas de alimentos una vez finalizada la producción”. Los datos indican que un tercio de los alimentos en el mundo, es desperdiciado.

Afortunadamente, sabemos que hay un mayor porcentaje de la ciudadanía cada vez más concienciado y dispuesto a hacer un mayor gasto en estos productos de proximidad, sostenibles y también ecológicos, aunque, en España, aún son pocos. Según Ecovalia, nuestro país es el quinto del mundo en contar con más número de industrias eco, el cuarto en superficie ecológica y el primero a nivel europeo. Sin embargo, respecto al consumo, ocupamos el décimo puesto a nivel mundial y el séptimo a nivel europeo.

La clave, dicen los expertos, es conseguir una sociedad empoderada y que sirva de llave del cambio; que consuma más alimentos estacionales y de proximidad gracias, a su vez, a campañas de sensibilización centradas en el consumo y no solamente, en la producción.

En Bio Procam trabajamos desde hace años, en un sistema de producción sostenible que se basa en la agroecología. Esta, comprende distintas técnicas, como cultivos intercalados, abonos con extractos naturales y materia orgánica o trabajar la polinización con las abejas, entre otros. La agricultura ecológica regenera nuestros suelos, al utilizar tan sólo abonos orgánicos, que favorecen la proliferación de la fauna microbiana autóctona.

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Uno de los recursos más eficientes y sostenibles que Bio Procam presume de obtener de forma natural, es la energía solar. Contamos con una planta solar fotovoltaica que genera al año 180.000 Kwh/año lo que nos permite reducir considerablemente las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Apostar por sistemas de producción más sostenibles y ofrecer a los consumidores productos frescos, de temporada y lo más naturales y orgánicos posible, es garantía de estabilidad: nos espera un futuro donde habrá cada día, más personas concienciadas y comprometidas con el entorno y con sus propias vidas.

Fuentes:

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